Fue a inicios de temporada, con el mercado de fichajes cerrado unas horas antes y sin que ningún equipo fuese más que un aspirante a la Champions League. Pero él ya lo avisó, él ya dijo que a su equipo «le tocaba ganar la Champions» y, por ahora, está cumpliendo con esas palabras pronunciadas a finales de agosto.

Era el Leo Messi más ambicioso, ese que arrancaba la temporada tras otro fiasco europeo en el Barcelona -culminado con una nueva Champions para el Real Madrid– y tras un Mundial para olvidar. Sin embargo, el argentino quería hacer borrón y cuenta nueva e ir a por todas. Y, por ahora, no está faltando a sus palabras, pues el Barcelona ya es campeón de Liga y está en la final de CopaPero el verdadero objetivo de este astro es iluminar Madrid el día 1 de junio.

Un loco alemán es la penúltima piedra en el camino

Aunque para ello deberá pasar primero por una prueba exigente a la par que interesante: el Liverpool. Un rival que ha pasado de pelear por entrar en la Europa League a jugar finales de Champions y pelear Ligas; un equipo que tiene un nombre sin el que no se entendería su éxito: Jürgen Klopp, un entrenador que no conoce la palabra miedo y que por fin se enfrentará al Barcelona tras años anhelando este enfrentamiento.

No era uno de los principales candidatos en septiembre, pero el conjunto inglés ha ido superando obstáculos hasta plantarse en la antesala de la gran final. Un éxito que encabeza Klopp, pero que se sustenta gracias a jugadores como Alisson Becker, Virgil Van Dijk, Mohamed Salah o Roberto Firmino; pese a que el éxito del colectivo es sensacional. Klopp ha logrado revertir la dinámica de un equipo que últimamente solo conocía el fracaso, además de darle un estilo muy difícil de combatir y un carácter ganador.

Son muchas las virtudes de este Liverpool, pero la principal, y el que será el mayor escollo de Messi, es un central holandés que ha pasado de jugar en el Celtic de Glasgow a ser considerado como uno de los mejores centrales del mundo en solamente tres temporadas. Él es Virgil Van Dijk, un central que supera los 190 centímetros y que se ha convertido en un muro infranqueable para los ataques que han intentado superarle. Klopp pagó una cifra récord por hacerse con sus servicios, y la decisión fue todo un éxito. Van Dijk liderará la zaga del Liverpool, esa zaga que Messi deberá superar para llegar a Madrid e iluminar el cielo de la capital española.

Pero no será esa la única complicación para Messi, pues delante estará también Alisson Becker, el portero que todo candidato a la Champions necesita. El brasileño ya sabe lo que es apear al Barcelona en la Champions League y su actuación en los 180 minutos de la eliminatoria va a ser clave, pues ya vimos como los errores puntuales en portería y defensa condenaron al Manchester United en el Camp Nou.

El éxito del Liverpool podía ser considerado como casualidad la pasada temporada, pero este nuevo éxito confirma que el equipo inglés ha llegado a la élite para quedarse. Son muchos los factores que pueden decantar la eliminatoria, pero la clave seguramente esté en parar a ese astro argentino al que algunos consideraron el quinto mejor jugador del mundo hace no tantos meses.

El quinto mejor del mundo no va a parar

Pero lo importante de esta historia está en un menudo jugador argentino que combina las habilidades de decenas de futbolistas con acciones propias de dibujos animados. Messi ya avisó de sus intenciones, pero la FIFA le dio un motivo más para cumplir su palabra cuando obtuvo el quinto puesto en el Balón de Oro. Parecía una especie de fin de ciclo, pero ha resultado ser todo lo contrario y ahora Messi quiere recuperar ese primer puesto que en los últimos años se había convertido en propiedad de Cristiano Ronaldo, otro fuera de serie en esto de patear balones.

Tiene la motivación y llega en uno de sus mejores momentos, además de haber dispuesto de muchos más minutos de descanso respecto a otras temporadas. El primer acto de esta penúltima obra tendrá lugar en el Camp Nou, un lugar que ha vivido las mejores noches de Messi y que sueña con ver al argentino protagonizando otra de sus mágicas noches.

Posiblemente se pueda pensar que, viendo el guión que está escribiéndose esta temporada, el final de esta temporada apunta a otro triplete del Barcelona. Pero esas suposiciones son meras fantasías, pues por ahora el Barcelona solamente ha ganado la liga; aunque es cierto que se encuentran a cuatro victorias de lograr ese éxito. Pero Messi, como ya advirtió a finales de verano, quiere la Champions, y será difícil apartarle de su objetivo.

Messi, como cualquier otro futbolista que está en semifinales, sueña con ganar la Champions, pero él es el único que puede convertir ese sueño en realidad. Lo ha hecho en otras ocasiones y puede volver a hacerlo, pero delante tendrá al Liverpool, a un loco alemán y a un gigante holandés que harán todo lo posible para que el astro no pueda iluminar Madrid el 1 de junio.