«Vivimos de la Liga» es una verdad a medias. Gaizka Garitano patinó el domingo en la sala de prensa de San Mamés al afirmar que le da mucha más importancia a la Liga que a la Copa. Es una tendencia global la de priorizar la competición de la regularidad, salvo para aquellos con opciones de ganar la Champions; pero en Bilbao las declaraciones del técnico rojiblanco no han sentado nada bien. Si hay un equipo copero en España es el Athletic: 24 veces campeón (23 en la estadística oficial), el club bilbaíno es el clásico por excelencia de la competición. Sin embargo, la tiranía liguera amenaza con imponerse también en San Mamés.
No entendía a los clubes ingleses que no forman parte del big-6 que tiraban año tras año la Europa League. Pelear por ser séptimo, el mejor del resto, el primero de los terrenales; para al año siguiente no competir en la previa o en la fase de grupos siempre me ha parecido una soberana estupidez. Carece de sentido que el objetivo sea clasificarse para Europa, si una vez logrado, tiras esa competición para centrarte en volver a quedar séptimo.
Evidentemente, existen matices. Ante una situación complicada en Liga, tiene lógica centrarse en ella. Asegurar la permanencia en Primera es básico para cualquier equipo, pues es su mayor fuente de ingresos y la manera de asegurar la continuidad de un proyecto. Sin embargo, para un equipo que ni mucho menos está apurado como es este Athletic, centrarse en la Liga resulta ciertamente absurdo. La clasificación para Europa está muy complicada, con siete plantillas superiores por delante en la tabla, además de un sobresaliente Getafe. Apostar todo a intentar adelantar a Villarreal y Real Sociedad, por ejemplo, sería un ejercicio de inocente optimismo.
El jueves, Athletic-Barcelona en los cuartos de final de la Copa. A partido único y en casa. A absolutamente todos los aficionados rojiblancos nos importa más este partido que uno de Liga. Es una oportunidad maravillosa de eliminar a la bestia negra del Athletic en Copa en los últimos años y de vivir una noche mágica en San Mamés. Se podrá ganar o perder, pero hay ilusión. Y de esas ganas de los aficionados es de lo que se han de nutrir los equipos de fútbol.
Garitano se equivocó en sus declaraciones. Hay vida más allá de la Liga, que se lo pregunten al Valencia, vigente campeón de Copa. Un título es más importante que una clasificación para Champions. 50 años después, el trofeo seguirá expuesto y nadie se acordará de aquella fase de grupos contra Liverpool, Dinamo de Kiev y Galatasaray. El Athletic no tiene ninguna posibilidad de ganar la Liga. En las competiciones eliminatorias, nunca se sabe.