La de Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic bien puede ser la etapa más gloriosa de la historia del tenis. Nunca antes tres tenistas pelearon en lo más alto durante tanto tiempo, dejando al resto prácticamente sin opción de lograr grandes títulos. La nueva generación lleva años tocando a la puerta, pero estos tres mosqueteros se han encargado de cerrarla una y otra vez de un portazo.
El serbio, con Nadal mermado y Federer fuera de combate, se llevó Open de Australia, Roland Garros y Wimbledon; superando a Medvedev, Tsitsipas y Berrettini respectivamente en las finales. Djokovic alcanzó así al manacorí y al helvético, sumando él también veinte Grand Slam a su cuenta particular.
Nole tenía una oportunidad de oro para superarlos en el US Open y colocarse en solitario como el tenista más laureado de la historia. Además, de lograrlo, se convertiría en el único jugador junto a Rod Laver en lograr el Grand Slam (ganar los cuatro en una misma temporada) en la era Open. Cumpliendo los pronósticos, Djokovic superó a Berrettini en cuartos y a Alexander Zverev en semifinales, y se plantó en su novena final en Flashing Meadows, en busca de su cuarto entorchado.
Frente a él, Daniil Medvedev, víctima del serbio en dos finales anteriores de Grand Slam disputadas en pista dura: US Open 2019 y Open de Australia 2021, las dos únicas que había alcanzado el joven ruso. Todo parecía preparado para que viéramos a Djokovic superar el récord. Era claro favorito, pese a haber cedido seis sets en las rondas anteriores, bastantes más de lo habitual en él.
Sin embargo, Medvedev entró al choque muy metido: primer juego con servicio del serbio, primera rotura. Serio, sobrio, sólido, sereno. Poco a poco, el ruso fue sumando juegos haciéndose fuerte con su saque, hasta llevarse la primera manga por 6-4.
En el segundo set, Djokovic se colocó de inicio 1-0 y 0-40 arriba. Todo parecía volver a la normalidad. Nole, no obstante, desaprovechó las tres bolas de break. En el siguiente juego al resto del serbio, se le presentaron dos nuevas oportunidades de rotura. Volvió a levantarlas Medvedev, lo que desató la ira de Djokovic. Comenzaron los raquetazos al suelo y los gritos de desesperación. Nunca se le ha dado bien gestionar la frustración.
A partir de ahí, desconcentrado, el serbio bajó ese gran nivel con el que había arrancado la segunda manga. De estar 2-1 por delante pasó a encontrarse con un 2-4 en contra. Medvedev comenzaba a verse con opciones y a meterse al público en el bolsillo. Con muy pocos errores desde el fondo, ganó también el segundo set. 6-4, de nuevo.
En el arranque del tercero, Djokovic entregó la cuchara. Por la vía rápida, Medvedev se colocó 4-0 arriba. Solo cuando tuvo que cerrar el choque le entraron los nervios al ruso, que concedió entonces su primer juego al servicio. A la tercera bola de partido, fue la vencida. 6-4, 6-4 y 6-4. Daniil había dado la sorpresa en el día en el que todos esperaban que el número 1 del mundo se consagrara como el tenista más laureado de la historia.
La nueva generación comienza a abrirse paso, liderada por un Medvedev que, ahora sí, ha tirado la puerta abajo. Ganó las ATP Finals para cerrar el 2020, y en este 2021 se ha consolidado como número 2 del mundo, además de llevarse el US Open, jugar la final del Open de Australia, hacerse con el Masters 1000 de Toronto y liderar a la Federación Rusa de Tenis a la consecución de la Copa Davis.